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China reconsidera sus inversiones en México y pone la vista en Perú

abril 21, 2025

Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, junto con la postura diplomática del gobierno mexicano hacia su principal socio comercial, han provocado que China reevalúe sus inversiones en México. En un giro inesperado, el gigante asiático ha decidido congelar los planes de inversión que tenía previstos para el país, mientras que Perú ha emergido como un nuevo destino estratégico para sus proyectos.

El caso más destacado es el de BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, que tenía planes avanzados para establecer su primera planta de producción en México. Los estados de Michoacán y Jalisco estaban en la mira para albergar la planta, lo que representaba una inversión cercana a los 600 millones de dólares y la creación de hasta 10,000 empleos. Sin embargo, tras la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y la intensificación de su política arancelaria, el avance de este ambicioso proyecto quedó suspendido.

Este cambio de rumbo es significativo, dado que hace apenas unos años, la relación entre México y China experimentaba un auge, impulsado por la imposición de aranceles estadounidenses que motivaron a varias compañías chinas a trasladar sus operaciones a territorio mexicano para eludir los gravámenes. Sin embargo, el nuevo contexto geopolítico y comercial ha alterado este escenario. La política comercial más agresiva de Estados Unidos, junto con las fricciones diplomáticas entre México y China, han llevado a la nación asiática a buscar nuevas alternativas en América Latina.

En este sentido, Perú se ha posicionado como una opción más atractiva para las inversiones chinas. Una de las razones clave de este cambio es la reciente mejora en la conectividad portuaria de Perú con Shanghái, lo que facilita el intercambio comercial entre ambos países. Además, la percepción de una mayor receptividad por parte del gobierno peruano hacia las inversiones extranjeras ha contribuido a esta reorientación de intereses. Otro factor importante es que Perú cuenta con un tratado de libre comercio con Estados Unidos desde 2009, lo que le permite acceder al mercado estadounidense con menos barreras comerciales y arancelarias que México en la actualidad.

Este cambio en la estrategia de China refleja no solo un ajuste a las nuevas realidades geopolíticas y comerciales, sino también una reorganización de las inversiones en la región. A medida que las dinámicas entre los países involucrados continúan evolucionando, es probable que el panorama de la inversión extranjera en América Latina experimente más cambios, con Perú destacándose como una opción clave para las empresas chinas que buscan nuevas oportunidades en la región.